Había dos enormes jacarandas en el patio de mi niñez. Había un árbol de peragua, tres de mango, diez de níspero, como cuatro de guayaba o de cas. Con los brazos abiertos yo abarcaba apenas un cuadrante del tronco del primer jacaranda. En la niñez todo es enorme, en la madurez más aún. En la niñez porque uno es pequeño, en la madurez porque ni modo, todo es enorme.

viernes, 1 de junio de 2012

Están hechos de carne


Terry Bisson


Advertencia:
No encontré una traducción que me gustara de este celebérrimo cuento de ciencia ficción, y me largué a improvisar una. Se basa en la versión que el propio Bisson considera como la original, y que se puede ver en http://www.terrybisson.com/page6/page6.html 
Dejé la expresión "Omigod" porque me pareció un sutil guiño de ateísmo en Bisson. Sé que corregiré detalles en cuanto revise esta traducción.

- Están hechos de carne.
- ¿De carne?
- Carne. Están hechos de carne.
- ¿Carne?
- No hay duda acerca de ello. Seleccionamos varios en distintas partes del planeta, los subimos a nuestras naves y los inspeccionamos con todo detalle. Son carne, por completo.
- Eso es imposible. ¿Cómo hay entonces señales de radio? ¿Cómo envían mensajes a las estrellas?
- Emplean señales de radio para hablar, pero las señales no salen de ellos. Las señales provienen de máquinas.
- Entonces, ¿quién hizo las máquinas? A ése queremos contactar.
- Ellos hicieron las máquinas. Eso es lo que estoy tratando de decirle. La carne hizo las máquinas.
- Eso es ridículo. ¿Cómo se le ocurre que carne pueda hacer máquinas? ¿Me pide usted que yo crea en carne consciente?
- No se lo estoy pidiendo, se lo estoy contando. Estas criaturas son la única especie consciente en este sector, y están hechas de carne.
- Quizá son como los orfolei, sabe usted, una inteligencia basada en carbono, que pasa por una etapa de carne.
- Nop. Nacen carne y mueren carne. Los hemos estudiado durante varios lapsos de su vida, que duró muy poco. ¿Tiene usted alguna idea de cuál es la duración de la vida de la carne?
- Discúlpeme entonces. OK, tal vez ellos sólo sean parcialmente carne. Sabe usted, como los weddilei. Una cabeza de carne con un cerebro de plasma electrónico adentro.
- Nop. Pensamos en eso, dado que tienen cabezas de carne, como los weddilei. Pero ya se lo dije y se lo repetí, los inspeccionamos con todo detalle. Son carne por todo lado.
- ¿Sin cerebro?
- Bueno, sí tienen de hecho un cerebro. ¡Es sólo que el cerebro también está hecho de carne! Eso es lo que he estado tratando de decirle.
- ¿Y entonces: ¿qué es lo que produce el pensamiento?
- ¿Usted no está entendiendo, o no quiere entender? Se rehúsa a lidiar con lo que le digo y le repito. El cerebro es lo que produce pensamiento, la carne.
- ¡Carne pensante! ¿Me pide que crea que hay carne pensante?
- ¡Sí, carne pensante! Carne consciente. Carne enamorada. Carne soñadora. La carne es toda la cuestión. ¿Está por fin formándose el cuadro, o me hará comenzar todo de nuevo?
- Omigod. Usted habla entonces en serio. Están hechos de carne.
- Gracias, finalmente. Sí, están de hecho formados de pura carne. Y han estado tratando de contactarnos por casi un centenar de sus años.
- Omigod. ¿Y qué tendrá entonces esa carne en mente?
- Primero, quiere hablar con nosotros. Luego, supongo que querrán explorar el Universo, contactar otras especies conscientes, intercambiar ideas e información. Lo usual.
- Se supone que deberemos hablar con carne.
- Esa es la idea. Este es el mensaje que han estado enviando por radio. “Hola, ¿hay alguien ahí afuera? ¿Hay alguien en casa? Ese tipo de cosas.
- O sea, ellos en efecto hablan.
- Sí, excepto que lo hacen con carne.
- Me parece que usted me dijo que usan radio.
- Sí, usan radio, ¿pero qué se imagina que hay en el radio? ¡Sonidos de carne! ¿Se ha fijado que cuando uno golpea o sacude la carne, ésta hace un ruido? Ellos se hablan el uno al otro golpeando y sacudiendo su propia carne. Incluso pueden cantar, haciendo pasar un chorrito de aire a través de su propia carne.
- Omigod, carne que canta. Ya eso es demasiado. ¿Entonces qué me aconseja que hagamos?
- ¿Oficial, o extraoficialmente?
- Ambos.
- Oficialmente, se nos ha pedido que contactemos, demos la bienvenida y registremos todas y cada una de las razas conscientes o entidades múltiples en este cuadrante el universo, sin prejuicio, miedo o favor. Extraoficialmente, aconsejo que borremos todos los registros y que nos olvidemos de todo el asunto.
- Estaba esperando que usted dijera eso.
- Parece muy áspero, pero todo tiene un límite. ¿Queremos realmente hacer contacto con carne?
- Estoy de acuerdo ciento por ciento. ¿Qué podemos decir? “Hola, carne, ¿cómo les va?” ¿Cree usted que eso funcionaría? ¿Con cuántos planetas estamos tratando aquí?
- Sólo uno. Pueden viajar a otros planetas en contenedores especiales de carne, pero no pueden vivir en ellos. Y, siendo carne, sólo pueden viajar por el espacio C, lo cual los limita a la velocidad de la luz y les vuelve ínfima la posibilidad de hacer contacto. Infinitesimal, de hecho.
- Finjamos entonces que no hay nadie en el Universo.
- Eso, claro.
- Cruel. Pero usted mismo lo dijo, ¿quién quiere encontrarse con carne? ¿Y los que han estado a bordo en nuestras naves, los que usted inspeccionó? ¿Está seguro de que no recordarán nada?
- Los van a creer chiflados si lo hacen. Entramos en sus cabezas y apaciguamos su carne, de modo que ahora crean que nosotros sólo fuimos un sueño.
- ¡Un sueño de carne! Qué extrañamente apropiado: que nosotros nos debamos convertir en el sueño de un poco de carne.
- Y marcamos todo el sector como desocupado.
- Excelente. De acuerdo, oficial y extraoficialmente. Caso cerrado. ¿Tiene otros más? ¿Alguien que resulte interesante en este lado de la galaxia?
- Sí, una inteligencia grupal muy tímida pero dulce, con núcleo de hidrógeno, en una estrella de clase nueve en la zona G445. Estuvo en contacto dos rotaciones galácticas atrás, y quieren ser amistosos de nuevo.
- Siempre regresan.
- ¿Y por qué no? Imagínese cuán insoportable, cuán inexplicablemente frío sería el Universo si uno estuviera solo…

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